Empezamos haciendo pruebas con la arcilla, para la capa de imprimación, la cual proyectamos con un compresor y una especie de tirolesa, por encima de las cañas.
Paja triturada en remojo. |
Arcilla con paja, lista para usar. |
Más tarde aplicamos (con las manos) las primeras capas de barro, esta vez mezclado con paja que previamente hemos triturado.
Para conseguir la máxima adherencia, esta mezcla, debe dejarse un tiempo (desde unos días a una semana) reposando. La paja en descomposición huele, pero este olor desaparece al secarse, al mismo tiempo que adquiere una dureza considerable.
En nuestro caso dejamos en remojo la paja triturada varias horas, para después (a mano) mezclarla con la arcilla. Dejamos la masa resultante varios días reposando.
En algunas de las pruebas, hemos puesto corcho triturado en el revoco, por ejemplo, cuando el hueco a rellenar era muy grande.
Una de las muchas ventajas del barro es que puede ser reutilizado, por lo que realizamos las pruebas en la misma obra.
Cuando el barro tiene la consistencia adecuada (en nuestro caso tres o cuatro días, aunque depende de varios factores) es muy pegajoso y moldeable.
Detalle estantería |
La alternativa es ir repasando conforme aparecen las grietas en las uniones, aunque de momento no hemos tenido problemas...
Detalle de la textura del revoco |
Cuando acabemos esta capa, empezaremos con la siguiente (mucho más delgada) para acabar de definir las paredes interiores.
Poco a poco vamos avanzando, aunque los días de lluvia no ayudan mucho...
El barro es un material increíble por su ecología, facilidad de uso y sus prestaciones (como regulador de la humedad interior, por ejemplo). Además ofrece muchas posibilidades estéticas...
Más de un tercio de la humanidad, hoy en día, vive en casas hechas de barro (en sus diferentes modalidades constructivas) y no es extraño, pues es un material de fácil extracción y abundante en la naturaleza, lo que lo hace ideal para auto-constructores.
Seguramente debido a esto mismo, existe aún el prejuicio (sobre todo entre la clase burguesa) de que es un material "pobre"...
Este prejuicio nace, como todos, de la ignorancia sobre sus evidentes cualidades y el creciente marketing de la industria de la construcción, que ha conseguido que asociemos el cemento al progreso/bienestar y el barro al atraso y la pobreza.
!Nada más lejos de la realidad!
Una obra magnífica.
ResponderEliminarPodemos cambiar este mundo, pues claro. Dejémonos atrapar por lo que representa el barro y la piedra: la resistencia, su durabilidad.
Una cosa que cambia puede cambiar otras mil, dice un escritor inglés. Salud. desde lahuertadelosrobles
Gracias por tus palabras!
ResponderEliminarUn placer encontrarnos por el camino, pues considero que compartimos viaje.
Tienes una magnifica página(repleta de información interesante) dicho sea de paso.
SALUD!
Me ha parecido muy interesante, y, curisamente que desprecien el barro, cuando los ladrillos son cerámica, o sea arcilla horneada...lo que tiene la ignorancia.
ResponderEliminarLo que a mi me parece más triste es una gran parte de la población crea que el ladrillo y el cemento (en sus diferentes modalidades constructivas) sea sinónimo de calidad y progreso...mientras que las antiguas técnicas constructivas (como el barro y la cal) sean asociadas a personas sin recursos o caprichitos de bohemios (incluso una mezcla de las dos cosas)
ResponderEliminarNo es la ignorancia (de que la huella ecológica del ladrillo sea muy superior a la de la arcilla cruda) lo que más me molesta, Mila. Es la falta de criterio. En arquitectura, como en casi todas las cosas susceptibles de ser mercantilizadas, se impone el criterio ("fast food") de la industria mientras el consumidor medio no se plantea alternativas, consume lo que le echen sin preguntarse si hay otro camino. Al consumidor medio le importa más el envoltorio que el contenido y así nos va...
ResponderEliminarY gracias por visitar el blog, compañera!
ResponderEliminar; )
Excelente como llevan este blog con las explicaciones y las fotos!
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